El
Islam
Naturaleza: Una religión
mundial con su capital en la Meca, Arabia
Saudita.
Fundación: 20 de junio de
622 d.C. Fundador: Mahoma.
Autoridad: El Corán y las
tradiciones en el Hadith.
Teología: Unitaria. Dios
(Alá) es uno. Jesús era uno de sus profetas pero
no el Hijo de Dios.
Salvación y vida futura:
Sumisión a la voluntad de Dios y cumplimiento de
los cinco requisitos del Islam. Depende del
balance entre las obras buenas y las malas que
uno hace. El cielo para los musulmanes, el
infierno para otros.
Símbolo: La luna
creciente.
Miembros: Aproximadamente
1.126.000.000 entre más de cien sectas.
Aspectos históricos
En 1994 una de cada cinco
personas en el mundo seguía la religión del
Islam. Eran los musulmanes 4.
La palabra Islam significa "sumisión" y se
refiere a sumisión a Dios. El nombre musulmán se
deriva de la misma raíz y significa "el que se
somete". De modo que el Islam se presenta como
la religión de los que se someten a Dios. A
veces a los musulmanes se les llama mahometanos,
por el nombre del fundador de su religión, pero
eso no les gusta porque no adoran a Mahoma. La
historia de su origen y expansión abarca la
persecución de parte de sus enemigos y las
guerras de conquista que resultaron en su
soberanía en el Oriente Medio, el norte de
África y partes de Europa y Asia.
Mahoma, el fundador
Mahoma nació en la Meca,
Arabia, en 570 d.C. Su padre, Abdullah (cuyo
nombre significa "esclavo de Dios"), murió antes
del nacimiento de Mahoma. Cuando Mahoma tenía
seis años de edad, su madre Amina también
falleció. Fue criado por un tío, Abu Talib, un
político de mucha influencia. En su juventud
Mahoma tuvo empleo en las caravanas de una viuda
rica llamada Khadija. Se casó con su patrona, y
de este matrimonio nacieron dos hijos varones
(los cuales murieron en su niñez) y dos hijas.
20
Como árabe, su herencia
religiosa se trazaba desde Abraham y la promesa
que Dios le había dado de bendecir a su hijo
Ismael y hacerle el padre de una gran nación (Génesis
17:20). La tradición decía que la Meca era donde
el ángel habló a Agar cuando huía de Sara, y le
dio promesas respecto a su hijo Ismael que
nacería (Génesis 16). El cumplimiento se hallaba
en las tribus árabes que descienden de Ismael.
Entre ellas había muchas pequeñas tribus
beduinas en la región que ahora es Arabia
Saudita.
Creían que Ismael, y no
Isaac, era el hijo a quien Abraham iba a
sacrificar en el monte Moriah cuando Dios
intervino. Decían que Abraham e Ismael en el
desierto edificaron de piedra la Kaaba para un
altar a Dios. Era un santuario en forma cúbica
en el sitio donde después se levantaría la
ciudad de Meca. A un lado del santuario estaba
la Piedra Negra (probablemente un meteorito) que,
según la tradición, Gabriel había traído del
cielo. La Kaaba era el centro de adoración para
los árabes.
La tribu de Quraish a la cual
pertenecía Mahoma era guardiana de la Kaaba.
Pero para aquel entonces los árabes se habían
apartado mucho de la fe de su padre Abraham en
un solo Dios. En esa región adoraban a por lo
menos trescientos sesenta dioses y habían
colocado sus cuadros o imágenes en la Kaaba.
Entre ellos había un cuadro de María y Jesús.
Durante cierto mes cada año la gente venía de
muchas partes para dar vueltas alrededor de la
Kaaba, besar la Piedra Negra e invocar la
bendición de los dioses.
En sus viajes a Siria y
Palestina, Mahoma conoció a judíos y cristianos.
Y había cristianos nestorianos en Arabia, y
entre la familia de su esposa. Mahoma no sabía
leer, pero escuchaba la lectura bíblica y
aprendió bien sus enseñanzas. Aceptó el hecho de
que había un solo Dios, el Dios de la Biblia (llamado
Allah en arábigo, y Alá en español).
Iba con frecuencia a una
cueva cerca de la Meca para meditar y buscar una
relación más íntima con el Dios soberano. En el
año 613 ó 614 tuvo allí su primera revelación.
Dijo que el arcángel Gabriel le apareció en un
sueño y le dio un mensaje de Dios. Él debía ser
recitador de lo que Dios le diría. Después tuvo
otras revelaciones que debía enseñar. Dijo que
eran palabras leídas por Gabriel de un libro que
Dios mismo había escrito antes de la fundación
del mundo.
Mahoma se convirtió en un
profeta fogoso. Proclamaba que Alá era uno y que
todos debían arrepentirse para no perecer en el
terrible día de juicio. Recitaba por dondequiera
los mensajes que recibía supuestamente de
Gabriel. No los escribió, pero algunos de sus
seguidores lo hicieron. Después de su muerte los
recogerían y compilarían el Corán, el libro
sagrado del Islam.
Por lo general la gente de la
Meca rechazaba el mensaje de Mahoma y se
enojaron por su predicación en contra de los
ídolos. Pero su familia y otros lo aceptaron.
Entre ellos estaba Abu Bakr, comerciante y amigo
íntimo de Mahoma quien llegaría a ser su sucesor.
Fallecieron su esposa Khadija y el tío quien lo
había criado, y se levantó tanta oposición en la
Meca que la vida de Mahoma peligraba. Algunos de
sus seguidores huyeron a Etiopía.
Mahoma envió a sus otros
partidarios en pequeños grupos a Medina (llamado
entonces Yathrib). Luego en el año 620, él y Abu
Bakr salieron una noche a hicieron la famosa "huida
a Medina" (la
hégira).
Los musulmanes celebran la
hégira
como la fundación del Islam, su religión. Su
calendario empieza con esta fecha.
En Medina, Mahoma ejerció
mucha influencia política y religiosa sobre los
habitantes y las tribus vecinas, entre las
cuales no faltaban las riñas y rivalidades.
Muchos aceptaron sus enseñanzas y se
consolidaron bajo su liderazgo.
Después de la muerte de
Khadija, Mahoma se casó con un número creciente
de mujeres, una de ellas era hija de Abu Bakú.
La poligamia era común en ese tiempo, y parecía
una reforma cuando Mahoma limitó a cuatro el
número de esposas que uno podía tener
simultáneamente. Pero si alguna le causaba
problemas, podía divorciarse de ella con sólo
decir "Me divorcio de ti", y posiblemente Alá le
daría otra mejor en su lugar. Mahoma tuvo una
revelación de que a él se le daba una
dispensación especial de tener más esposas, y en
total tuvo once. Sus adeptos continuaron con la
limitación a cuatro en los países donde se
permitía la poligamia.
Mahoma llamó a sus seguidores
a una "guerra santa" ( jihad)
para subyugar a todos a la fe en Alá. Al cabo de
ocho años fue a la Meca con diez mil soldados y
la tomó. Purgó la Kaaba de los ídolos y la
dedicó como el santuario del Islam. Siguió con
los peregrinajes anuales y estableció ciertos
requisitos.
Al principio Mahoma había
aprendido mucho de los judíos y de los
cristianos, y los trataba con respeto. Pero al
ver que resistían sus enseñanzas, todo eso
cambió. Mandó observar el viernes en vez del
sábado como día sagrado y orar mirando hacia la
Meca y no hacia Jerusalén. Millares de judíos y
cristianos fueron muertos en el
jihad,
y se enseñó que el que daba muerte a un
cristiano tenía asegurada la entrada en el
paraíso.
Requisitos del Islam
Mahoma estableció lo que se
conoce como los cinco pilares del Islam, que son
requisitos para todo musulmán 5.
1.
El
credo. Se requiere el repetir cada día
en arábigo el credo: No hay Dios fuera de
Alá, y Mahoma es su profeta.
2.
La
oración. Se debe orar cinco veces al día
a tiempos señalados. Cinco veces al día
suena el llamado a la oración. Los hombres
deben arrodillarse con el rostro hacia la
Meca y la frente en el suelo, y repetir
ciertas oraciones en arábigo. De modo que la
oración es un ritual más que una
comunicación individual de la persona con
Dios. Aun cuando uno no conoce el árabe,
aprende de memoria las palabras y las repite.
Algunos usan también un collar de oración
con noventa y nueve cuentas que representan
los noventa y nueve nombres de Dios que
revelan su carácter.
22
3.
La
limosna. Mahoma, siendo huérfano él
mismo, tenía compasión especial por los
huérfanos y los pobres. Estableció el
requisito de dar limosna a los pobres y a la
familia del profeta. El dos y medio por
ciento del capital de cada persona sostenía
a los líderes religiosos, a los necesitados
y al ejército en sus misiones para extender
el Islam.
4.
El
ayuno. Se ayuna durante todo el mes de
Ramadán, sin tomar bebida o alimentos desde
antes de salir el sol hasta su puesta.
Después de la puesta del sol se puede comer
a gusto, y llega a ser un tiempo de
banquetes y celebración.
5.
EL
peregrinaje (hajj). Se requería el hacer
un peregrinaje a la Meca por lo menos una
vez en la vida, donde se daba vuelta a la
Kaaba y besaba la Piedra Negra siete veces.
Con la extensión mundial de la religión esto
era imposible para millones. Algunos de
ellos contribuyen para los gastos de viaje
de otro en vez de ir. Millares visitan la
Kaaba cada año.
Además de los requisitos, se
prohibían ciertas cosas, entre ellas el use del
licor o el tabaco y el comer carne de cerdo.
Guerras de conquista
Cuando Mahoma falleció en 632
d.C., las autoridades islámicas en la Meca
nombraron a su suegro y fiel compañero, Abu Bakr,
como su sucesor, el primer califa. El ordenó la
recopilación de los dichos de Mahoma para formar
el Corán. Después de dos años lo sucedió un
joven militar llamado Omar, quien llevó la
guerra de conquista a los países vecinos,
logrando el dominio sobre Palestina, Siria,
Persia y parte de Egipto.
Con la muerte de Omar en 644
surgió una disensión sobre cuál de dos yernos de
Mahoma sería el próximo califa, Otmán o Alí.
Otmán ganó el respaldo de las autoridades y
dirigió el Islam hasta 656. Extendió el imperio
musulmán hasta Afganistán, la Cordillera del
Cáucaso y Libia. Hizo sacar una versión revisada
del Corán y mandó destruir las copias de la
anterior. Esto levantó tanta oposición que un
fanático partidario de Alí asesinó a Otmán.
El poder pasó a Alí, esposo
de Fátima la hija de Mahoma. Pero se produjo una
ruptura y guerra civil con Moawiya, el
gobernador de Damasco, respaldado por Aischa, la
esposa favorita y viuda de Mahoma. En 661 Alí
fue asesinado y Damasco llegó a ser la capital
del Islam. Después de otra guerra entre
facciones, la capital pasó a Bagdad (Iraq). La
Meca continuó como el centro religioso.
Con el paso de los años
siguió la conquista islámica de todo el Oriente
Medio, el norte de África, y mucho del sur de
Europa y Asia. En 732 el Islam dominaba España y
una parte de Francia cuando sus tropas fueron
derrotadas por Carlos Martel en la Batalla de
Tours (Poitiers, Francia). Desde allí no
continuaron en la conquista militar en Europa,
sino consolidaron su poder en varios países
donde hasta fines del siglo veinte el Islam es
la religión oficial. En los siglos once, doce y
trece los cristianos de Europa se unieron en
cruzadas para tomar la Tierra Santa (Palestina)
de los musulmanes. Muchos millares de personas
perdieron la vida y sólo se
arraigó más un odio a los cristianos que existe
hasta la fecha en algunas partes.
Sunnitas, sufíes y chiítas
Desde el principio el Islam
ha sido un movimiento tanto político como
religioso, y su división en sectas y subsectas
se debe a conflictos políticos y diferencias en
doctrina. En el siglo veinte ya había setenta y
dos sectas islámicas. Cuatro ramas principales
son los sunnitas, los sufíes, los chiítas y una
subsecta chiíta que ya se puede clasificar como
una religión aparte, los Baha’is 6.
En el capítulo doce hay más información sobre el
Baha’i y su penetración en el mundo occidental.
Sin contar aparte las subsectas, se calcula que
el noventa por ciento de los musulmanes hoy son
sunnitas, y el diez por ciento, chiítas7.
Los sunnitas se consideran
los musulmanes ortodoxos, los que más se
adhieren a las doctrinas originales del Islam.
Los sufíes (entre los
sunnitas y los chiítas) dan más énfasis al
aspecto espiritual que al político del Islam.
Buscan la relación individual con Alá, tienen
sus monasterios y se esfuerzan en observar los
requisitos del Islam. Se destacan por su
literatura.
Los chiítas también se dan
mucho al misticismo. En las guerras entre
facciones, establecieron su capital en Bagdad,
Iraq, y tuvieron parte importante en la
expansión del imperio.
No reconocen lo legítimo de
algunos de los califatos y dicen que el
duodécimo califa, o imán (líder espiritual),
desapareció retornará para reinar sobre el mundo
entero.
Avance y conversiones
El avance del Islam continúa
aún, no tanto por la espada como por misiones.
Se ha extendido hacia el sur en el África y es
la fuerza dominante en varios países. En 1993
levantaban nuevas mezquitas (templos) en Francia
y Alemania a razón de una cada dos semanas. En
el Hemisferio Occidental también ganaba cada día
más adeptos.
A fines del siglo veinte, se
clasifica el Islam en Norteamérica como la
religión que más rápido crece. Naciones
islámicas del Oriente Medio, ricas por su
exportación petrolífera, contribuyen con dinero
para construir mezquitas. Millares de árabes
estudian en universidades norteamericanas.
Misioneros de varias sectas del Islam entran en
el país y ganan convertidos.
Algunos líderes atraían en
particular a las personas de color en los
Estados Unidos. Durante varios años la
organización de Musulmanes Negros creció
rápidamente. Luis Farrakán encabeza una
organización llamada La Nación de Islam, cuya
membresía se multiplica entre los afroamericanos
y otros que ven en Farrakán a un campeón de la
justicia social. Dirigió una manifestación
pacífica en la capital de la
nación con su "Marcha de millón de hombres sobre
Washington".
Farrakán no pertenece a una
secta ortodoxa del Islam. Se proclama
abiertamente como el Mesías. Se refiere a
profecías bíblicas al decir que es como el Elías
que había de venir y también es el Cristo
prometido. Predica que el Jesús de la Biblia fue
sólo un símbolo y precursor de él, Farrakán, el
verdadero Jesucristo que ofrece la salvación a
quienes lo sigan.
Entre las muchas sectas
diferentes del Islam, varían las enseñanzas
sobre el
jihad (guerra
santa). El
jihad
todavía es obligatorio para todos los musulmanes,
pero la mayoría de las sectas lo interpretan
como una lucha pacífica por la justicia en la
difusión de su fe. Mientras tanto, ciertas
sectas fanáticas creen que el
jihad
iniciado por Mahoma con fuerzas armadas tiene
que continuar como una guerra santa similar para
la conquista del mundo. Para ellas tal meta
justifica el terrorismo internacional, las
bombas y la matanza de los de otra religión.
Sin embargo, en los decenios
de 1980 y 1990 las iglesias cristianas han visto
con más claridad su responsabilidad de
evangelismo al mundo islámico. En esta época ha
habido más conversiones que nunca de musulmanes
a Cristo. La Palabra de Dios, sembrada de varias
maneras, lleva fruto; y el Espíritu de Dios obra
en millares, ayudándoles a poner su fe en
Jesucristo.
Doctrinas del Islam
Las doctrinas principales del
Islam se resumen en seis artículos de fe: en
Dios, sus ángeles, sus libros, sus profetas, el
día del juicio y los decretos soberanos de Dios.
Dios
⇒ La creencia más
importante del Islam es la existencia de
un solo Dios, Alá. Él es eterno, santo,
soberano y todopoderoso. Es el Creador
del cielo y la tierra, el Dios de la
Biblia, el Dios de Abraham y sus
descendientes, el Dios quien inspiró a
los profetas del Antiguo Testamento y a
Jesús.
Estamos de acuerdo acerca de
la existencia de un solo Dios.
Jesucristo
⇒ El Islam reconoce a
Jesús (Ilamado Isa) como profeta, un
hombre perfecto, pero no lo considera
como el Hijo de Dios. Algunos dicen que
era hijo del ángel Gabriel.
El llamar a Jesús el Hijo de
Dios escandaliza a los musulmanes. Suponen que
creemos que Dios tuvo relaciones sexuales con
María, y como resultado nació Jesús. Por
supuesto, no creemos eso. Él siempre existente
Hijo de Dios se encarnó en la virgen María no
por la unión sexual sino por la obra del
Espíritu Santo. Así tomó Dios el Hijo un cuerpo
humano y añadió la naturaleza humana a su deidad.
Lo hizo para poder vivir entre nosotros,
revelarnos la voluntad y
naturaleza de Dios, tomar la
culpa por nuestros pecados y morir - el Creador
por su creación – en nuestro lugar.
Los ángeles anunciaron a
María (Lucas 1:26-38), a José (Mateo 1:18-23) y
a los pastores (Lucas 2:8-14) el nacimiento del
Salvador que había de venir, y Gabriel lo llamó
el Hijo de Dios (Lucas 1:35). Dios habló desde
el cielo anunciando que Jesús era su Hijo (Mateo
3:13-17; 17:1-5). Jesús se refería a Dios como
su Padre y se llamó el Hijo de Dios (Juan 3:16;
5:17-30).
⇒ Se enseña que Jesús
no fue crucificado, que las autoridades
crucificaron a otra persona creyendo que
era ÉI. Jesús fue al cielo y volverá,
aceptará las enseñanzas del Islam y
morirá.
Los sacerdotes que exigían la
muerte de Jesús lo conocían bien. Estuvieron
presentes en el juicio ante Pilato y en la
crucifixión y no habrían permitido tal
sustitución. El desánimo de los discípulos
verifica la muerte de su líder. Juan y la madre
de Jesús presenciaron la crucifixión y podían
identificarlo (Juan 19:25-27). Muchos testigos
oculares, aun cuando esto los llevaba al
martirio, aseveraban que Jesús murió, resucitó y
ascendió al cielo. Volverá, no para morir sino
para reinar sobre el mundo.
El Espíritu Santo
⇒ El Islam enseña que
el Espíritu Santo es sólo una emanación
de Dios y no una persona. Enseña que
Jesús como infante en la cuna habló
profetizando la venida de Mahoma y
después se refería a él cuando prometió
la venida del otro Consolador en Juan
14:16,26.
La venida del Espíritu Santo
que se narra en Hechos 2:1-4 es el cumplimiento
de la promesa dada en Lucas 3:16; Juan 14:16,26;
Hechos 1:1-8. Lo confirma Pedro en Hechos
11:15,16.
Según las Escrituras el
Espíritu Santo es una persona. Él intercede por
nosotros (Romanos 8:26,27), nos instruye, es
nuestro Consolador, se entristece y muestra
otros atributos personales que un principio
impersonal no tendría (Juan 14:16,26; 16:7,
8,13-15; Efesios 4:30).
La Trinidad
⇒ Los musulmanes
creen equivocadamente que los cristianos
adoramos a tres dioses: Jesús, María y
Dios el Padre.
Esta no es la Trinidad que
adoramos. Los evangélicos honramos a María
porque permitió que Dios se valiera de ella como
instrumento, pero no la adoramos ni oramos a
ella. Creemos que Dios ha existido desde la
eternidad pasada y siempre existirá en tres
personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, la
Santísima Trinidad. Cada uno tiene su propia
identidad y esfera de acción, pero son tan
unidos en carácter, propósito, poder y acción
que se presentan como tres en uno, una Trinidad.
La Biblia declara que hay un
solo Dios, pero lo presenta en más de una
persona. Vemos esta pluralidad en acción unida
desde el primer capítulo de la
Biblia. Génesis 1:1 dice que
Dios creó los cielos y la tierra. En 1:2 el
Espíritu de Dios se movía sobre las aguas. En
1:26 Dios dijo a los otros miembros de la Deidad
que compartían su imagen y semejanza: "Hagamos
al hombre á nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza." Y 1:27 dice: "Y creó Dios al hombre
a su imagen."
El nombre Elohim usado para
Dios muchas veces en el Antiguo Testamento es
plural. El Salmo 2 habla del Hijo de Dios.
Isaías profetizó (7:14; 9:6) que nacería de una
virgen un niño que se llamaría Emanuel (Dios con
nosotros), Admirable, Consejero, Dios fuerte,
Padre eterno y Príncipe de paz.
Jesús mandó bautizar en el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
(Mateo 28:18-20). Enseñó acerca del Espíritu
Santo, el otro Consolador, a quien el Padre
enviaría (Juan 14:16,26). El Espíritu Santo vino
para residir en los creyentes y darles poder, de
modo que Hechos de los Apóstoles bien pudiera
llamarse Hechos del Espíritu Santo (Hechos l:
l-8: 2:1-47).
Pablo inicia sus epístolas
invocando la gracia de Dios el Padre y del Señor
Jesucristo. En muchos pasajes enseña que Jesús
es el Hijo de Dios y habla del Espíritu Santo (Romanos
1:1-5; Gálatas 4:4-7; Colosenses 1:1-23). Juan
escribió su Evangelio para que el lector pudiera
creer que Jesús es el Hijo de Dios y así
alcanzar la vida eterna en Él (Juan 20:31).
Habla también en sus epístolas de la obra del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (1 Juan
5:5-9; 2 Juan 9), y el Apocalipsis es la
revelación de Jesucristo. En casi todas las
epístolas se halla enseñanza respecto a los tres
miembros de la Trinidad
Los ángeles y otros espíritus
⇒ Se cree que los
ángeles interceden ante Dios por los
hombres. Algunos llaman al arcángel
Gabriel el Espíritu Santo. Trajo de Dios
las revelaciones para Mahoma. Los
jinn (genios) son espíritus buenos y
malos, en un nivel inferior a los
ángeles, y uno superior a los hombres.
Uno de ellos es
Shaitin (Satanás), también llamado
Iblis (del término griego diabolos).
Es el tentador y encabeza un grupo de
espíritus malos, los
Shaiyatín.
Nosotros también reconocemos
la existencia de los espíritus buenos (los
ángeles) y los malos (los demonios). Vemos en la
Biblia y en la actualidad el ministerio de los
ángeles a los siervos de Dios, y vemos el
conflicto con las fuerzas malignas bajo la
dirección de Satanás. La Biblia presenta a
Gabriel como un ángel de alta categoría, no como
el Espíritu Santo. Es un mensajero de Dios y no
daría una revelación falsa, pero algún espíritu
mentiroso haciéndose pasar por Gabriel pudiera
hacerlo.
Según Jesús, Satanás es "mentiroso
y padre de mentira" (Juan 8:44). "Se disfraza
como ángel de luz" (2 Corintios 11:14). Es el
gran imitador de las cosas de Dios y suele dar "revelaciones"
falsas a los humanos, de donde han salido muchas
herejías y religiones falsas. Pablo indica que
debemos juzgar las profecías (1 Corintios
14:29). Si no concuerdan con la Palabra de Dios,
la Biblia, no son de Él. Nos advierte 1 Juan
4:1-3 el peligro de espíritus
27
engañadores y nos exhorta a "probar
los espíritus si son de Dios". Se los conoce por
lo que dicen acerca de Jesús.
La Biblia y la autoridad
⇒ El Islam enseña que
Dios ha dado cuatro libros a la
humanidad: La ley (Torá) dada a Moisés,
los Salmos (Zabur) dados a David, el
Evangelio (Injil) dado a Jesús, y el
Corán dado a Mahoma. Como la
revelación final, el
Corán sustituye a los libros
anteriores de Dios y es la expresión de
su voluntad para los seres humanos hoy.
En cuanto a la Biblia, se dice que los
cristianos la han cambiado en ciertas
partes, ajustándola a sus creencias, de
modo que no se puede confiar en ella.
Muchas evidencias confirman
que la Biblia es fidedigna y es la inspirada
Palabra de Dios. La comparación con manuscritos
antiguos muestra que los cristianos no han
alterado sus enseñanzas. Más bien se encuentran
alteraciones en el
Corán
de los acontecimientos bíblicos a los cuales
Mahoma se refería. El conocía muy poco de la
Biblia y a veces sus "revelaciones" se
contradecían o eran una versión errada de la
enseñanza bíblica.
Los decretos y la salvación
⇒ Se. enseña que lo
que sucede - bueno o malo - ha sido
predestinado por los decretos de Alá,
aun la fe o la incredulidad de cede
persona. El deber del hombre es
someterse a la voluntad de Dios,
abrazando la fe del Islam y cumpliendo
con sus requisitos. No creen en la
muerte de Cristo como sacrificio por
nosotros.
Aunque Dios es soberano, ha
dado al hombre el libre albedrío, el privilegio
de escoger, y nos exhorta a escoger el bien (Deuteronomio
30:19; Josué 24:14-24). La humanidad se ha
apartado de Dios y se encamina hacia la
perdición eterna, pero Dios ofrece a todos la
salvación gratuita en Cristo. Él no quiere que
nadie perezca (2 Pedro 3:9). Predestina la
salvación de todos los que la aceptan. Se
pierden quienes la rechazan. Tenemos la
responsabilidad de nuestra decisión. Nuestra
salvación depende de creer en Cristo y aceptarlo
como Salvador y Señor de nuestra vida (Juan
3:16; 20:31; Hechos 2:3 7-39; Romanos 6:23; 1
Juan 1:5-9).
El juicio y la vida futuro
⇒ Se enseña que en el
día final sonará la trompeta y todos los
muertos resucitarán. Todos los no
musulmanes irán al infierno. De cada
musulmán los hechos malos y los buenos
se pesarán en la balanza. Si pesan más
los buenos, entrará en el paraíso, a
menos que Dios en su soberanía opte por
rechazarlo. Si los hechos malos pesan
más, será echado al infierno.
Jesús prometió al ladrón
arrepentido en la cruz que ese día estaría con
Él en el paraíso (Lucas 23:39-43). No dependía
de tener más obras buenas que malas. Hay dos
resurrecciones y dos juicios futuros. La primera
resurrección es de los salvos que han muerto
confiando en el Salvador. Ellos irán con Cristo
al cielo y sus obras serán juzgadas para darles
su recompensa en el reino de Dios (1
Tesalonicenses 4:13-18; 2 Corintios 5:10;
Apocalipsis 11:18). Al cabo
de mil años resucitarán y
serán juzgados y echados al lago de fuego los
que no han aceptado la salvación que Cristo ha
provisto para todos (Apocalipsis 20:1-15).
⇒ El paraíso es un
lugar de gran placer, ríos hermosos,
jardines, frutas deliciosas y mujeres
bellas para el deleite de los hombres.
La Biblia habla de la
Jerusalén celestial como lugar de belleza y gozo
indescriptible (Apocalipsis 21:1-22:5). ¡Pero no
dice nada de bellas mujeres para el deleite de
los hombres! Al contrario, Jesús dijo que en el
cielo seremos como los ángeles de Dios que no se
casan (Lucas 20:27-36).
El trato con los musulmanes
John Elder, misionero
presbiteriano durante veinticuatro años en Irán,
señala varios principios fundamentales para los
que trabajan entre los musulmanes 8.
Mostrarles amistad y no tratarlos como enemigos.
Conocer sus costumbres y observar la cortesía
que exige su cultura. No hablar en contra de
Mahoma, o llamarlo un falso profeta; eso
solamente los antagoniza y los pone a defenderlo.
Si le preguntan al obrero
cristiano qué opine de Mahoma, puede responder
sencillamente: "Si yo lo hubiera aceptado, no
sería cristiano." Luego puede señalar que lo que
le interesa es Jesucristo y testificar de lo que
Él ha hecho y hace ahora. Los musulmanes se
interesan mucho en el testimonio personal.
La paciencia, perseverancia y
oración son esenciales. A veces uno siembra el
evangelio por años sin ver ningún resultado,
pero la cosecha vendrá. El que se convierte
necesita la amistad y apoyo cristianos para no
ceder a la presión de volver al Islam.
En treinta y un países el
gobierno islámico impone restricciones contra el
evangelismo 9.
En algunos, leyes estrictas prohíben el intentar
convertir a un musulmán. El que se convierte
corre el riesgo de ser asesinado por su propia
familia o de ser echado del hogar y declarado
muerto para ellos. Algunos son creyentes "en
secreto" mientras oran por la salvación de sus
familiares.
Los medios principales de
evangelización son los programas evangélicos de
radio y televisión, los materiales impresos, la
sanidad divina en respuesta a la oración y el
evangelismo personal. Se recomienda el Evangelio
según San Lucas para la lectura inicial. Muchos
que no se atreven a asistir a reuniones
evangélicas, se interesan en saber lo que creen
los cristianos, aunque sea para combatirlo.
Compran Biblias, libros y otros materiales
impresos en librerías cristianas, o responden a
la oferta por radio de un curso por
correspondencia gratuita. En 1969 un conjunto de
organizaciones misioneras que publicaban cursos
por correspondencia indicó que doscientos
cincuenta mil musulmanes de casi todos los
países árabes o donde se hablaba el arábigo se
habían matriculado en los cursos 10.
Desde entonces han aumentado en número y muchos
indican que han aceptado a Cristo por lo que han
aprendido.
El amor cristiano en acción
facilita el trato individual en clínicas,
hospitales, orfanatos, escuelas, comedores y
hogares para los desamparados, y ayuda en
tiempos de desastre.
Para principios de la década
de los años noventa el mundo evangélico comenzó
a concentrar sus oraciones y esfuerzos más que
nunca en llevar a los musulmanes a una fe
salvadora en Cristo. Y Dios está contestando sus
oraciones.
Avisos en el camino
Al contemplar el rumbo que ha
tomado el Islam, vemos cuatro avisos de peligro
para nosotros y nuestras iglesias.
1. ¡Cuidado con las
revelaciones! Las legítimas de Dios
fortalecen la iglesia, pero también las hay
que dividan iglesias y apartan del camino.
Hay que juzgarlas por la Biblia y rechazar
las que no concuerden con ella. 1 Corintios
14:29; 2 Pedro 2:1-3.
2. i Cuidado con un líder
que se ensalza como designado de Dios para
regir a su pueblo, o que enseña que sólo sus
seguidores son salvos! 1 Pedro 5:1-4.
3. ¡Cuidado con el
espíritu bélico que produce divisiones y
lucha contra los opositores humanos en vez
de usar las arenas espirituales en la guerra
contra Satanás! Efesios 6:12-18.
4. ¡Cuidado con aceptar
falsas doctrinas en la ecumenicidad!
También vemos un ejemplo
digno de seguir. ¡Ojalá que todo evangélico
fuera tan dedicado a esparcir las buenas nuevas
de la salvación en Cristo como lo son los
musulmanes en el avance de su fe! iQue Dios nos
ayude a cumplir con su Gran Comisión, aunque sea
a costa de nuestra vida!
|