El G-12
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El G-12 y su relacion con las enseñanzas del Opus Dei
Existía al inicio trece clérigos,
todos con votos declarados y sacramentados por el romanismo, votos
de obediencia, castidad y pobreza. Sin embargo uno de ellos renegó
de tales votos contrayendo matrimonio. Permaneciendo doce ( 12 )
compañeros fieles y sumisos. Se formó entonces y definitivamente el
G12 o Gobierno de los 12 que se comparaban osadamente con Jesús y
sus doce discípulos en donde Escrivá ocupaba el lugar del Hijo de
Dios (MEGALOMANIA).
La finalidad; reclutar laicos
prominentes de varios sectores sociales.
Realizaban Encuentros para trabajar en
ellos la “filosofía del sigilo“, la más poderosa arma de los
Jesuitas, hasta tener seguridad de la “ fidelidad absoluta ”. Los
reclutados por Escrivá y sus clérigos eran programados a decir que
no había secreto alguno; “mantenemos sigilo solo para provocar
curiosidad”. Decían; “mientras más curiosidad despierten por el
Opus Dei, más ayudarán a divulgar su obra y el cristianismo”.
Según el Pr. Onezio las
manifestaciones mas divulgadas y difundidas, hijas predilectas del
Opus Dei de Escrivá, fueron y son “ Los Cursillos de la
Cristiandad ”, las personas eran retiradas de sus familiares y
llevadas a lugares por ellas desconocidos. Se rompían los vínculos
de parientes y se comprometían a trabajar por el Opus Dei
Lo que leemos del Opus Dei no es solo
su extensa lista de logros, de bibliotecas edificadas y de
instituciones educativas que este grupo ha levantado, en su
“contratapa” nos encontramos con penosas historias y relatos de
vidas que fueron primeramente “lavadas” y después sometidas a un
sistema totalitarista.
Para que tengamos una idea del
infierno psíquico que vivieron algunos ex integrantes del Opus Dei
(prima del G12 evangélico) veamos lo que dice
Raimundo Pániker:
“El Opus, dice Pániker (Raimundo
Pániker entró en la Obra en 1939 y se marchó en 1966. Fue ordenado
sacerdote en la segunda promoción, es decir, al año siguiente que
los "tres primeros"), quiere salvar al mundo de sí mismo en
nombre de Dios, pero según sus propias condiciones. Las condiciones
del Opus, por supuesto, son idénticas a las de su fundador. Toda
gracia que conduce a la salvación llega a los miembros del Opus Dei
a través de su fundador. A través de la gracia del fundador eres lo
que eres. De ahí los traumas que sufren los que se salen. Demasiado
a menudo creen, y los miembros del Opus lo piensan así, que al
separarse de esta fuente de gracia se ponen a sí mismos fuera de
esta institución de inspiración divina e inalterablemente perfecta,
y están destinados a condenarse eternamente. "El demonio actúa
rápidamente -le dijo Janet Gould a su madre cuando le explicaba por
qué no podía abandonar por un corto período la residencia del Opus
para ir a casa de visita- y lo hará si me marcho de aquí. (Citado
en el "Catholic Pictorial", 13 de septiembre de 1981. La señorita
Gould ya ha dejado el Opus). El impacto sobre los miembros del
Opus es predecible. Se les separa tempranamente de su familia
natural. Se les enseña a creer que la salvación es imposible, ahora
que son miembros del Opus Dei, sino sólo a través de la organización
en la que han ingresado. Suple su vida familiar, su medio ambiente,
al menos en todo lo que no sea actividad profesional y, en muchos
casos, especialmente para las mujeres, también ésta. Cuando están
desengañados, por tanto, el impacto emocional es aplastante. Los que
quieren marcharse no tienen a nadie a quién recurrir, nadie, fuera
del Opus, con quien establecer una relación lo suficientemente
estrecha como
Sigue diciendo: “En
la Obra empequeñecen a Dios y le hacen cómplice de una increíble
tela de araña para tenernos bien aferrados con frases tan engañosas
como "la infidelidad, romper la unión con Dios, eso es lo grave"
(Escrivá). ¡Ahí está la trampa! Míralo de la siguiente forma:
Para Escrivá, irse de su obra es igual que... ¡romper la unión con
Dios! (¿Cuánta soberbia se necesita para hacer una afirmación
semejante?)”
1 Corintios 10:15 “Como a sensatos os
hablo; juzgad vosotros lo que digo”.
En demostración de extrema arrogancia
decía Escrivá: "la historia de la obra (Opus Dei) se
tendrá que escribir de rodillas".
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