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HERMENEUTICA
El arte de interpretar textos biblicos
La Hermeneutica es una ciencia que debe ser conocida por
todo predicador y por cada cristiano deseoso de ver "las
maravillas de tu ley", de acuerdo a las palabras del
salmista (Sal 116:18)
El vocablo hermenéutica tiene sus raíces en la palabra
griega "hermenevein" que significa interpretar. de allí
nace la definición de esta ciencia:
La Hermenéutica es el arte de interpretar los textos.
Es bueno destacar que todos los textos deben ser
interpretados y por lo tanto cada uno de ellos tiene su
propia hermenéutica. La Constitución de un país debe ser
interpretada de una determinada manera y de allí la
necesidad de las conocidas leyes interpretativas. Lo
mismo sucede con un libro de cocina - es necesario
interpretar su contenido de una forma distinta a otras
clases de literaturas.
La Biblia es un libro muy especial, como veremos más
abajo en la lección. Por eso también la Palabra de Dios
necesita del arte de interpretar los textos - en este
caso de la Hermenéutica Bíblica.
Veamos tres razones que hacen de La Biblia un libro
diferente y que por lo tanto también nos lleva a afirmar
la necesidad de conocer los principios de la
hermenéutica para poder entender el mensaje bíblico más
eficientemente.
En primer lugar, hay pasajes de Las Escrituras sumamente
difíciles. El propio apóstol Pedro admite esta verdad en
su segunda epístola cuando declara que hay textos "...
difíciles de entender" (2 Ped 3:16)
En segundo lugar, La Biblia fué escrita durante un
período de más de 1.600 años contando desde Moisés
(¿Job?) hasta el apóstol Juan. Durante ese tiempo nos
encontramos con escritores que tenían profesiones muy
diferentes unas es de otras. Algunos eran reyes, otros
militares. Los había pescadores; Lucas era médico y así
sucesivamente. Cada uno de ellos utiliza expresiones
propias de su vida cotidiana y del ambiente en el que se
movía.
Además, los 66 libros canónicos incluyen diferentes
tipos de escritos. Allí encontramos, por ejemplo,
epístolas o cartas, pero también hay relatos históricos,
poesía, escritos proféticos, biografías, etc. En resumen:
nos enfrentamos a lugares, tiempos y situaciones muy
distintas dentro de un mismo libro, lo cual nos exige
una interpretación de lo que leemos.
En tercer lugar, el lenguaje utilizado por los
escritores es muy diferente al que nosotros utilizamos
día a día. Para muchos "enemigos" de La Biblia,
justamente este aspecto es un argumento firme para
refutar que Las Escrituras sean La Palabra de Dios.
Ellos se preguntan: ¿por qué razón utilizaría Dios un
lenguaje tan complicado si su intención era la de
comunicarse con el ser humano?
Es cierto que el lenguaje bíblico es sumamente rico en
figuras, en expresiones simbólicas, en ideas e imágenes,
que en muchos casos hacen de nuestra lectura todo un
trabajo. Pero es bueno recordar además, que este
lenguaje tan especial se ha adaptado fácilmente a las
distintas culturas a lo largo de la historia de la
humanidad, haciendo posible así la comprensión de La
Palabra de Dios para todo aquel que la lee con un
corazón sincero.
De ahí que el lenguaje utilizado por los escritores
bíblicos, más que un argumento en contra, es un
argumento a favor de La Palabra de Dios, que demuestra
la gran sabiduría de un Dios que todo lo sabe y que
realmente siempre ha tenido el deseo de comunicarse con
la corona de su creación - el ser humano.
____________________________
Como acabamos de ver, La Biblia es un libro muy
especial. No se trata de simple literatura (como muchos
profesores en la materia pretenden hacerle creer a sus
estudiantes). la Biblia es un libro que ofrece verdades
espirituales; verdades que tienen valor para nuestra
vida terrenal como así también para toda la eternidad.
Por eso, para poder obtener el mayor provecho posible
del estudio de éste libro único, es imprescindible que
el lector tenga siempre presente en su estudio cinco
características básicas.
1 - SER RESPETUOSO
La Biblia es la revelación del Omnipotente; es el
milagro permanente de la soberana gracia de Dios; es el
código divino pro el cual seremos juzgados en el día
supremo; es el testamento sellado con la sangre de
Cristo (Lund y Nelson).
El autor de la epístola a los Hebreos nos recuerda que
"... La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante
que espada de dos filos" (Heb 4:12)
De estas dos citas se desprende la necesidad de ser
respetuosos ante un libro cuyo valor jamás podremos
entender en su totalidad.
2 - SER HUMILDE
El tener prejuicios o el considerarse por demás sabio y
entendido nos puede llevar la perspectiva correcta de lo
que es La Biblia. No se trata de cosas humanas sino
divinas y espirituales.
3 - SER AMANTE DE LA VERDAD
Los nobles de Berea (Hech 17) nos dan un ejemplo que aún
hoy deberíamos seguir. Para ellos no era suficiente
escuchar con respeto al famoso Pablo. Tampoco bastaba
con actuar en forma humilde y atender a lo que el
apóstol les pretendía enseñar. Para los nobles, lo único
que tenía valor era la verdad. Por eso, luego de
escuchar, escudriñaban Las Escrituras "... para ver si
estas cosas eran así" (Hch 17:11), aunque ello no
significa que pusieran en duda la palabra del apóstol.
También para nosotros solamente la verdad comprobada
debe dejarnos satisfechos.
4 - SER PACIENTE
Como ya lo hemos visto, es un hecho que muchos pasajes
bíblicos son oscuros, de difícil interpretación. El
lograr comprenderlos puede llevar tiempo. Por eso
Jesucristo mismo nos invitó a estudiar pacientemente La
Biblia para encontrar la verdad acerca de Dios.
5 - SER PRUDENTE
Si queremos aprender a nadar, no es aconsejable que
nuestra primera clase de instrucción sea saltando desde
un barco a las aguas del océano. Por el contrario:
comenzaremos en una piscina donde hagamos pié para luego
ir creciendo en el desafío.
Algo similar ocurre en nuestro estudio de La Biblia.
Debemos comenzar por los textos más sencillos, y a
medida que maduramos en nuestro conocimiento, iremos
aumentando la dificultad de los pasajes a estudiar.
Aquí es bueno considerar además la ayuda que otros nos
pueden brindar, como así también el constante requisito
de acercarnos a las páginas bíblicas en oración,
buscando en su Autor la guía necesaria para la buena
interpretación.
____________________________
Estamos de acuerdo en que La Biblia es un libro muy
especial, entre otras cosas, por que su lenguaje no es
el corrientemente utilizado por nosotros. Estamos
también de acuerdo en que debemos interpretar esos
pasajes difíciles de entender. Pero no podemos tener una
interpretación privada.
Entonces, para simplificar en algo el estudio de los
mismos, es que la Hermenéutica bíblica nos proporciona
una serie de reglas. Si las seguimos tendremos las
mejores posibilidades de alcanzar el éxito.
REGLA FUNDAMENTAL:
La Biblia es su propio intérprete
La historia de la humanidad en general, y de la iglesia
en particular, está plagada de incidentes y catástrofes
cuya causa directa ha sido la interpretación privada,
por una persona o por un grupo, de distintos pasajes
bíblicos. Los judíos rechazaron a Jesús; la Iglesia
Católica y su idea del papado; los nazis y el holocausto
del pueblo judío - buscando una raza perfecta - son sólo
algunos ejemplos de esas catástrofes.
Por eso a nadie la debería sorprender la necesidad de
seguir la regla fundamental de la Hermenéutica bíblica,
la cual nos expresa que La Biblia es el mejor intérprete
de La Biblia.
De esto se desprende que ninguna doctrina puede llamarse
bíblica si no incluye - dentro de sí - todo lo que el
Sagrado Libro enseña respecto a un tema en particular.
Antes de poder denominarla "una doctrina bíblica", se
deben tener presentes todas las enseñanzas, mandatos y
prohibiciones que hay en La Palabra de Dios en relación
al tema en cuestión.
PRIMERA REGLA - Siempre que sea posible, tomemos las
palabras en su sentido más común
Es muy fácil, sobre todo para quienes no tienen las
mejores intenciones, darle a los textos bíblicos las más
disparatadas interpretaciones. Es suficiente un poco de
fantasía para tergiversar la verdad que La Escritura
quiere enseñarnos. Por eso la validez de esta primera
regla: siempre que nos fuere posible, debemos tomar las
palabras por lo que son, sin forzarlas a un contenido
que el autor no quiso darles.
Sin embargo es bueno que recordemos que muchos pasajes
son oscuros y difíciles de entender. En las páginas
bíblicas nos encontramos a menudo con expresiones y
modismos propios de los idiomas originales, como así
también figuras que pretenden ayudarnos a entender una
verdad más profunda, una verdad espiritual. Es necesario
interpretar entonces lo que leemos.
Consideremos un ejemplo:
En San Lucas 15:8 Jesús habla acerca de una mujer que
perdió una dracma. Allí el Maestro nos relata el
accionar de aquella mujer en procura de encontrar lo que
había perdido. Si bien el relato es sencillo y pudo ser
real, la intención de Jesús era enseñarle a sus oyentes
una verdad más profunda.
Aquí la mujer representa al propio Cristo, quien se
esmera en sobremanera para encontrar la moneda
extraviada, que representa a cada ser humano que aún no
ha tenido un encuentro con su Salvador y por lo tanto
está perdido.
Resumiendo: siempre que sea posible, debemos tomar las
palabras en su sentido más común. Pero eso no significa
que siempre sea así - en ocasiones es imprescindible
buscar la interpretación de lo que leemos.
SEGUNDA REGLA - Tomemos las palabras en el sentido que
indica la frase
Muchas veces, la interpretación de lo que leemos está en
la frase donde se incluye la palabra en estudio.
Teniendo en cuenta el conjunto de la frase es probable
que logremos comprender lo que se nos quiere enseñar.
Veamos un ejemplo.
La palabra FE tiene un significado primario - confianza.
Sin embargo, al estudiar Las Escrituras podemos
encontrarnos con pasaje donde la misma palabra FE puede
significar cosas distintas.
En la carta a los Gálatas, por ejemplo, el apóstol Pablo
menciona la palabra (Gál 1:23). Leyendo el conjunto de
la frase comprendemos que Pablo aquí no se refiere a la
confianza que podamos o no tener, sino la creencia o
doctrina que el propio apóstol predicaba.
Por su parte, al escribirle a los romanos, Pablo utiliza
la palabra FE pero con el significado de una convicción
personal en relación a lo que comían (Rom 14:23)
Por último, el mismo apóstol - hablando en Atenas - usa
la misma palabra FE para hablar de la prueba que Dios
dió a la humanidad; la prueba que demostraba que Jesús
era y es el Salvador y el futuro Juez de toda la
creación (Hch 17:31).
Es decir: la misma palabra FE que generalmente recibe el
significado de confianza, puede en las páginas bíblicas
denotar creencia, convicción o prueba. La interpretación
correcta la encontramos al aplicar la segunda regla,
teniendo en cuenta el conjunto de la frase.
TERCERA REGLA - Tomemos en cuenta el contexto
En ocasiones no es suficiente que leamos y consideremos
la frase. La interpretación que estamos buscando se
encuentra fuera de esa frase y por eso se nos hace
necesaria esta tercera regla que nos guía a estudiar el
contexto.
El contexto no es otra cosa que lo que está antes y lo
que está después de la frase en cuestión. O sea, lo que
hacemos es ampliar - una vez más - el campo de estudio,
siempre en busca de la comprensión adecuada.
Dentro del contexto podemos encontrar palabras o
expresiones aclaratorias a lo que estamos estudiando.
También es posible encontrar palabras sinónimas
(semejantes) o palabras opuestas que nos marquen la
interpretación correcta.
Veamos un par de ejemplos:
En su epístola a los efesios, Pablo escribe acerca de un
misterio que le fué declarado (Ef 3:3). Al leer el
contexto podemos llegar a la conclusión de que dicho
misterio muestra la participación que los gentiles (los
no judíos) tenían y tienen en los beneficios del
Evangelio.
Por otra parte, en Romanos 6:23, el mismo Pablo utiliza
palabras opuestas para enseñarnos lo que Dios no da. El
apóstol habla de la paga que es la muerte, mientras que
la dádiva (el regalo) de Dios es la vida eterna, posible
en Jesucristo nuestro Señor.
ES IMPORTANTE TENER EN CUENTA LA SIGUIENTE ADVERTENCIA:
las divisiones en capítulos y versículos que tenemos en
nuestras Biblias, no fueron realizadas por los
escritores bíblicos. Dichas divisiones surgieron muchos
siglos más tarde para facilitar la lectura y el estudio
de Las Escrituras.
Por dicha razón, el contexto de un pasaje que estamos
estudiando no necesariamente lo vamos a encontrar en el
mismo capítulo. A veces ese contexto está en un capítulo
anterior o en el siguiente.
Ejemplo de esto es el llamado Capítulo del Amor (1a Cor
13) cuyo contexto incluye todo el capítulo 12 y además
el capítulo 14, donde se nos habla de los dones del
Espíritu Santo y del hablar en lenguas respectivamente.
El resumen de este contexto está al final del capítulo
13: "... el mayor de ellos es el amor".
Además debemos considerar que a menudo se abren
paréntesis en el relato bíblico. En medio del
tratamiento de un determinado tema, se incluyen
comentarios sobre otros asuntos. Dichos comentarios no
forman parte del contexto a los efectos de nuestro
estudio.
Un ejemplo de esto lo tenemos en Romanos. Los capítulos
9 al 11 son un paréntesis. El contexto del capítulo 12
está en los versículos del capítulo 8.
CUARTA REGLA - Averigüemos por qué y para quién se
escribió
Cuando hemos agotado los recursos que nos brindan las
reglas antes mencionadas, sin que por ello hayamos
alcanzado éxito en nuestro estudio, no debemos
desanimarnos. Aún hay más posibilidades de llegar a la
interpretación correcta.
Como todo escrito, también los distintos libros
canónicos, tenían al escribirse un cometido especial y
un destinatario en particular. De ahí la necesidad de
encontrar el por qué y el para quién fueron escritos -
en primera instancia - los pasajes que estudiamos.
Expliquémoslo con un ejemplo:
La aparente contradicción que existe entre los escritos
de Pablo y Santiago, en cuanto a la relación entre la fe
y las obras como medio para alcanzar la salvación
personal, se explica luego del estudio del cometido y el
destinatario de las distintas epístolas.
Pablo escribe a la iglesia en Roma y expresa que "... el
hombre es justificado por fe sin las obras ..." (Rom
3:28). Por su parte, Santiago pregunta con total
franqueza: "¿De qué aprovechará si alguno dice que tiene
fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?" (Stgo 2:14)
Al estudiar la totalidad de ambas cartas, reconocemos
que en el caso de Pablo, la enseñanza apunta a la
doctrina de la salvación; el camino que cada ser humano
debe seguir para solucionar su situación con Dios. De
ahí que se es "... justificado por fe".
Mientras tanto, Santiago ataca en su escrito a ciertos
elementos que habían introducido desórdenes en la
iglesia, pretendiendo enseñar que lo importante no era
lo que se hacía o se dejaba de hacer con respecto al
prójimo. La cuestión era creer, tener fe. Eso era
suficiente. Y la pobreza o necesidad de los demás
creyentes no era un asunto primario del cual preocuparse
o por el cual sentirse responsable.
Sin embargo Santiago explica con meridiana claridad, que
las obras son una consecuencia directa de la fe que se
dice tener en Dios y que "... la fe sin obras es muerta"
(Stgo 2:26).
Por ende, si no hay obras en favor del prójimo, tampoco
puede haber fe. Y si no hay fe, entonces ninguno puede
ser salvo. Remata su argumentación escribiendo que
"Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe
por mis obras" (Stgo 2:18).
Como alguien lo explicó: "Pablo y Santiago defienden el
mismo bastión - la salvación es por fe. Sin embargo lo
hacen espalda contra espalda, ya que sus enemigos son
distintos y vienen de direcciones opuestas".
Encontrar entonces por qué y para quién fué escrito un
pasaje, puede llevar tiempo y necesita de un estudio
cuidadoso del libro en cuestión. Es posible que sea
necesario leer muchas veces un texto antes de que
podamos ver claramente el cometido y el destinatario de
un escrito.
QUINTA REGLA - Tomemos en cuenta los textos paralelos
Los pasajes paralelos son aquellos que tratan el mismo
episodio o el mismo tema que estamos estudiando. Textos
que hacen referencia el uno al otro. Tener en cuenta
estos textos paralelos es imprescindible si queremos
conseguir conocimientos más exactos en cuanto a una
determinada doctrina. Y hay tres tipos distintos de
textos paralelos.
Estudiemos esto.
____________________________
1 - Paralelos de palabras
El estudio de una misma palabra en diferentes textos
bíblicos nos pueden permitir encontrar la interpretación
correcta de lo que estamos estudiando. Una concordancia
bíblica es la herramienta más apropiada para dar
rápidamente con la ubicación de un paralelo de palabra.
ES IMPORTANTE TENER EN CUENTA LA SIGUIENTE ADVERTENCIA:
Los paralelos de palabras siempre deben ser buscados en
un orden determinado. A saber:
A. Buscar el paralelo en el mismo libro
B. Buscar el paralelo en otros libros del mismo autor
C. Buscar en libros escritos en la misma época
D. Buscar en cualquier libro de La Biblia
La explicación de por qué esto debe ser así es sencilla:
muchas palabras varían su significado de acuerdo al
autor o de acuerdo a la época en que fuera escrito el
pasaje bíblico. Siguiendo el orden mencionado, se evita
el riesgo de una interpretación errónea (ejemplo de esto
podría ser lo ya visto en cuanto a la palabra obras en
las cartas de Pablo y de Santiago).
2 - Paralelos de ideas
Muchas veces no alcanza con buscar en paralelo de
palabras para aclarar un texto oscuro, sino que debemos
buscar narraciones del mismo episodio o en enseñanzas
sobre el mismo tema. Aquí estamos entonces ante un
paralelo de ideas.
Un ejemplo:
Cuando en el Nuevo Testamento se habla de La Roca, ¿a
quién se está refiriendo? ¿Es Cristo? ¿Es el apóstol
Pedro? (Mat 16:18)
Al estudiar paralelos de ideas, veremos por un lado que
Jesucristo se presenta a sí mismo como la piedra
fundamental (Mat 21:42, 44). En otro paralelo, mientras
tanto, es el propio Pedro quién escribe: "Acercándonos a
él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres,
más para Dios escogida y preciosa" (1a Ped 2:4). estas
palabras de Pedro refieren al Señor Jesús, como queda
claramente expuesto en el versículo 3 del mismo
capítulo.
Luego de un estudio de estos paralelos de ideas nos
preguntamos: ¿podemos dudar de que La Roca del Nuevo
Testamento es Jesucristo, el Mesías?
3 - Paralelos de enseñanzas generales
En la Biblia encontramos grandes temas, importantes e
interesantes. Podríamos mencionar la naturaleza de Dios,
el cielo, los ángeles o el plan de la salvación como
ejemplos. El estudio de estas enseñanzas generales no se
realiza en un día o en una semana. Más bien se trata del
continuo madurar del creyente gracias a su diaria
relación con la Palabra de Dios.
Algún ejemplo de enseñanza general:
Dios se nos presenta en determinados textos bíblicos
como omnipotente, presente en todas partes y conocedor
de todas las cosas. Otras veces, sin embargo, se escribe
de Dios como de alguien limitado en tiempo y espacio. Es
natural entonces que nos preguntemos: ¿Es esta una
contradicción en La Biblia?
La respuesta es que de ninguna manera se contradicen
estas enseñanzas.
Los últimos pasajes mencionados, los que hablan de un
Dios aparentemente limitado, están allí para que podamos
de alguna forma captar la idea de un Dios personal,
preocupado por la suerte de cada individuo en
particular. Un Dios que "se parece" a nosotros.
Pero eso no desecha la otra parte de la enseñanza
general: la que muestra a un Dios todopoderoso, como el
soberano del universo, ubicado sobre cualquier
limitación a la que podamos estar expuestos nosotros,
los seres humanos.
No olvidemos que Dios - y su santa palabra - siempre se
adecua a las posibilidades humanas, para que la mujer y
el hombre puedan conocer y seguir su voluntad.
Figuras retoricas
La primera regla de la Hermenéutica bíblica nos enseñó
que siempre que es posible, debemos tomar las palabras
en su sentido más común. Esto no significa que siempre
debemos tomar esas palabras al pie de la letra, ya que
muchas veces el lenguaje bíblico incluye las llamadas
figuras retóricas. A continuación intentaremos presentar
esas figuras, propias de la literatura, para que al
encontrarlas y reconocerlas en el estudio de Las
Escrituras, podamos llegar a una interpretación correcta
del mensaje que nos brinda.
ES BUENO TENER EN CUENTA ESTA ADVERTENCIA:
Las figuras retóricas cumplen siempre la función de
ilustrarnos las verdades espirituales a fin de que las
podamos entender fácilmente y ser así confirmados en
nuestra fe. Las figuras retóricas, por lo tanto, ¡NUNCA
SIRVEN COMO FUNDAMENTO PARA UNA DOCTRINA BÍBLICA!
Antes de comenzar el estudio de cada figura en
particular, simplemente deseo expresar que los nombres
de las mismas pueden resultar - a veces - algo
complicados. No olvide sin embargo que lo importante es
reconocer el funcionamiento de la figura retórica, y no
tanto el nombre que lleva. Preste el estudiante por ello
mucha atención a los ejemplos que acompañan las
definiciones.
1 - LA METAFORA
La metáfora tiene por base una semejanza que existe
entre dos objetos. Esta es una de las figuras retóricas
más comunes tanto en La Biblia como en la literatura en
general. Por ello es que encontramos muchos ejemplos en
las páginas bíblicas.
EJEMPLO:
En el Evangelio de Juan, el Señor Jesús dice "Yo soy la
vid verdadera" (Jn 15:1). Si obviamos que aquí hay una
metáfora, no nos queda otra cosa que una afirmación algo
extraña y absurda de Cristo, quién al parecer dice ser
una parra. Al conocer que aquí el Maestro hace uso de
una metáfora, podemos a continuación rescatar cuál es la
verdad espiritual que se nos quiere enseñar. Para eso
podemos plantearnos las siguientes preguntas: ¿para qué
sirve la vid? ¿qué función cumplen los pámpanos (vers 5)
que a ella están unidos? La vid sirve para comunicar
savia - y por ende vida - a los pámpanos, quienes a su
vez llevan el fruto que se espera de la planta.
De la misma manera funcionan otras metáforas bíblicas
tales como "Yo soy el pan vivo" (Jn 6:51); "Vosotros
sois la luz del mundo" (Mat 5:14) y "Tu eres mi roca y
fortaleza" (Sal 71:3).
2 - LA SINECDOQUE
En ésta figura se utiliza la parte de algo para hablar
del todo, o viceversa (el conjunto para referirse en
realidad sólo a una parte del mismo).
EJEMPLO:
En el Evangelio de Lucas leemos que "... se promulgó un
edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo
fuese empadronado" (Luc 2:1). Esto es una sinécdoque
donde el todo se pone por la parte. El edicto promulgado
no involucraba a todos los habitantes de la tierra, sino
que solamente se incluían a quienes vivían en la zona
gobernada por Augusto César - es decir el todo por la
parte.
Otros ejemplos se pueden encontrar en Sal 16:9 y en 1
Cor 11:26.
3 - LA METONIMIA
Para definir la metonimia, digamos que se pone la causa
por el efecto.
EJEMPLO:
También en Lucas leemos cómo Jesús les dice a sus
discípulos y a los fariseos que le escuchaban: "A Moisés
y los profetas tiene: óiganlos" (Luc 16:29). En el época
de Jesús, tanto Moisés como los profetas mencionados, ya
habían fallecido desde hacía ya mucho tiempo. ¿Qué es lo
que Jesús quiere decir entonces? El Maestro se refiere a
que pueden recurrir a los escritos que tanto Moisés como
los profetas han dejado: el Pentateuco y los libros
proféticos. Es decir: estamos ante una metonimia ya que
Jesús menciona la causa (las personas) refiriéndose en
realidad al efecto (los libros escritos por dichas
personas).
4 - LA PROSOPOPEYA
Hemos dicho ya que las figuras retóricas que estamos
estudiando no son propias únicamente de La Biblia, sino
que las encontramos en toda clase de literatura. La
prosopopeya es una de estas figuras que a menudo se
utilizan en los libros para niños. A la prosopopeya
también la podemos llamar personificación. Y de acuerdo
a éste último nombre, la definición es que en la
prosopopeya se personifican objetos dándoles cualidades
propias de los seres humanos.
EJEMPLO:
En el Antiguo Testamento el profeta Isaías escribe: "Los
montes y los collados levantarán canción delante de
vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas
de aplauso" (Is 55:12). ¿Se imagina un cerro cantando o
un olivo aplaudiendo? Por supuesto que no. Aquí no se
trata de una situación real, sino de una prosopopeya. Se
le dan a los montes y a los árboles cualidades propias
de los seres humanos: cantar y aplaudir.
Si desea estudiar otro ejemplo, podrá encontrar uno en
Salmos 85, versículos 10 y 11.
5 - EL APOSTROFE
Las características del apóstrofe son muy similares a
las de la prosopopeya o personificación. La gran
diferencia es que en el apóstrofe se le dan cualidades
humanas a personas que no están presentes o que incluso
ya han muerto.
EJEMPLO:
Veamos un ejemplo bien claro en La Biblia. David, al
enterarse de la muerte de su hijo Absalón, exclama:
"Hijo mío, Absalón, hijo mío ... quién me diera que
muriera yo en tu lugar ..." (2 Sam 18:33). El rey David
le está dando la cualidad humana de oír a una persona
que ni estaba presente ni estaba en vida. Su hijo
Absalón ya había muerto y por lo tanto estamos aquí ante
la figura retórica apóstrofe.
Se encuentran otros ejemplos en Jueces 5:2 y en Matero
23:37.
6 - LA IRONIA
De las 20 figuras que estudiaremos, tal vez la ironía
sea la más sencilla de entender, por la sencilla razón
de que es una figura que nosotros utilizamos a menudo
cuando hablamos. En la ironía decimos una cosa pero
queremos en realidad decir lo contrario. Por ejemplo: tu
podrías decir "¡Qué fáciles que son las figuras
retóricas" cuando en realidad lo que quieres expresar es
todo lo contrario - que el estudio de las mismas es algo
difícil.
EJEMPLO:
En Las Escrituras también encontramos ironías. Pablo
escribe sobre "... aquellos grandes apóstoles" (2 Cor
11:5) refiriéndose a quienes en Corinto enseñaban falsas
doctrinas. Lo que el apóstol pretende con sus palabras,
no es alabar la actitud y las enseñanzas de aquellos
personajes, sino que muy por el contrario, pretende
desacreditarlos. haciendo uso de una ironía.
En 1 Reyes 18:27 y en Job 12:2 podrás encontrar otros
ejemplos de ironías.
7 - LA PARADOJA
Esta figura retórica implica una afirmación contraria a
la opinión común. Dicho en otras palabras: yo digo una
cosa pero todos los demás afirman lo contrario.
EJEMPLO:
Uno de los ejemplos bíblicos más notables tiene como
autor al propio Jesús. Al enseñarle a sus discípulos, el
Maestro dijo; "... es más fácil pasar un camello por el
ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de
Dios" (Mat 19:24). Si estudiamos además el contexto en
el cuál está inmerso el texto - el relato del joven rico
- sacamos entonces una profunda enseñanza sobre la
importancia que tenía - ¡y tiene! - el ser discípulo de
Cristo y el predicar el Evangelio
Otros ejemplos de paradojas: mateo 18:3 y Lucas 14:26.
8 - LA HIPERBOLE
Para dar una explicación algo simplificada, digamos que
la hipérbole es una exageración, tanto hacia lo mucho
como hacia lo poco.
EJEMPLO:
En el libro de Números podemos leer la descripción dad
por los espías de Israel luego de su reconocimiento de
la Tierra prometida. "También vimos allí gigantes ... y
éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas" (Núm
13:33). Si bien la diferencia de estatura entre los
moradores de aquella tierra y los israelitas podía ser
considerable, al decir que eran "como langostas" no es
más que una exageración, en este caso hacia lo poco. Es
decir: estamos ante una hipérbole.
Otros ejemplos se encuentran en Deuteronomio 1:28 y en
Juan 21.25.
ES BUENO CONSIDERAR ESTA ADVERTENCIA:
Si bien decimos que la hipérbole es una exageración,
recordemos que es sólo para poder entender más
fácilmente la función de la figura retórica. La
exageración como tal es una mentira (falta a la verdad,
pretendiendo hacer creer a la persona que escucha algo
que no es cierto) ... ¡y la mentira es pecado! Sin
embargo, al utilizar una hipérbole, no tenemos la
intención de engañar a nadie, sino simplemente la de
hacer más accesible la comprensión de lo que deseamos
explicar.
9 - LA ALEGORIA
En la alegoría encontramos una serie de metáforas unidas
entre sí por un relato. Es muy sencillo descubrir la
presencia de esta figura retórica ya que es imposible
tomar dicho relato al pié de la letra. Debemos
interpretar las metáforas para encontrar el significado
correcto.
EJEMPLO:
En la Biblia no hay muchos ejemplos de esta figura
retórica. Uno de ellos está presente en las palabras del
propio Jesús, las cuáles podemos leer en el capítulo 6
de San Juan. Allí, a partir del versículo 51, el Maestro
dice entre otras cosas: "Yo soy el pan vivo ... si
alguno comiere de este pan, vivirá para siempre ... el
que come mi carne y bebe mi sangre ...". Todas estas son
metáforas que Jesucristo menciona en un solo relato,
logrando así una alegoría. Al buscar la interpretación
correcta a cada una de las metáforas, podremos alcanzar
el conocimiento de las verdades espirituales que Jesús
pretende enseñar
10 - LA FABULA
También en este caso estamos ante un relato. La
diferencia con la figura anterior, es que la fábula es
un conjunto de prosopopeyas o personificaciones
enlazadas entre sí por un relato. Es común encontrar
este tipo de expresiones en la literatura infantil -
alcanza con recordar, por ejemplo, Caperucita Roja y el
Lobo Feroz.
EJEMPLO:
En los textos bíblicos no es frecuente el uso de
fábulas. Una de las pocas que existen se encuentra en 2
Reyes. Allí leemos: "El cardo que está en el Líbano
envió a decir ... y pasaron las fieras que están en el
Líbano, y hollaron el cardo" (14:9). Aquí se le
proporcionan al cardo las cualidades humanas de mandar y
de ser agraviado. Es un relato con personificaciones que
definen por eso una fábula.
11 - EL ENIGMA
El enigma no es otra cosa que una adivinanza. En el caso
de los enigmas bíblicos se cumple siempre una regla: la
solución de esa adivinanza está en las propias páginas
de La Biblia. Ya sea inmediatamente después del enigma o
en algún otro sitio del libro bíblico que estamos
leyendo. Pero siempre la solución correcta está en La
Biblia, y por lo tanto, no hay lugar para
interpretaciones basadas en fantasías personales.
EJEMPLO:
Sansón acostumbraba utilizar enigmas cuando les hablaba
a los filisteos. Un ejemplo de esto se encuentra en
Jueces 14:14 donde leemos: "Del devorador salió la
comida, y del fuerte salió dulzura". La solución a esa
adivinanza está unos versículos más adelante: "¿Qué cosa
más dulce que la miel? ¿Y qué cosa más fuerte que el
león?" (vers 18).
12 - EL TIPO
En esta figura retórica encontramos hechos, personas u
objetos que existen en el presente pero que además nos
muestran algo semejante en el futuro (cuando decimos
presente nos estamos refiriendo al tiempo en que fué
redactado por el escritor bíblico). De las 20 figuras
que estamos estudiando, esta quizás sea de las más
importantes. Es utilizada con frecuencia en La Biblia y
siempre ilustra verdades espirituales muy importantes,
pilares dentro de las doctrinas del cristianismo. De ahí
que sea importante su estudio.
EJEMPLOS:
Veamos primeramente cuatro ejemplos de la figura
retórica tipo:
1 - En Números 21:9 leemos acerca de la serpiente de
bronce que levantó Moisés en el desierto. Este es un
tipo, ya que apunta a lo que Cristo haría en el futuro
por toda la humanidad al ser clavado en la cruz (Juan
3:14).
2 - En el libro de Jonás encontramos la historia de
aquel profeta. Leemos de cómo Jonás estuvo en el vientre
del pez tres días y tres noches (Jon 1:17). Este es
también un tipo que apunta hacia Cristo y su tiempo en
la tumba (Mat 12:40).
3 - En el relato de la primer pascua del pueblo judío,
encontramos la mención del animal a sacrificar, el
cordero de la pascua - un animal sin defecto (Ex 12:5).
Este es un tipo de Cristo como El Redentor (1 Cor 5:7)
4 - Finalmente, en el Antiguo Testamento se habla del
lugar santísimo del tabernáculo adonde nadie más que el
Sumo sacerdote podía entrar una vez al año (Ex 26:33).
Ese lugar es tipo del cielo, una realidad futura a la
cuál todos tenemos acceso hoy mismo (Heb 10:19).
Ahora que hemos visto estos ejemplos, tengamos bien
presentes las siguientes advertencias:
1 - La figura retórica tipo solamente se puede encontrar
en el Antiguo Testamento. ¡No hay tipos en el Nuevo
Testamento! Lo que sí encontramos allí (y es más, tiene
que estar allí) es el antitipo, o sea el cumplimiento de
la figura retórica tipo.
2 - La figura retórica tipo es siempre menor en
importancia a su antitipo o cumplimiento.
3 - Un mismo tipo puede tener varios antitipos o
cumplimientos. Por eso es necesario un cuidadoso estudio
de estas figuras.
4 - Debemos recordar que esta figura está en el texto
bíblico solamente para ayudarnos a comprender una verdad
espiritual, para ilustrar la enseñanza. ¡Nunca un tipo
puede ser usado como base de una doctrina bíblica!
13 - EL SIMBOLO
Al usar un símbolo, lo que hacemos es representar alguna
cosa o algún hecho utilizando otra cosa u otro hecho
conocido. En Las Escrituras encontramos un lenguaje
sumamente rico en símbolos y el estudio de los mismos es
siempre pertinente.
EJEMPLOS:
Águila - Representa el poder y la vida penetrante (Dt
32:11)
Ancla - Representa la esperanza (Heb 6:19)
Bosque - Símbolo de ciudad o reino (Is 10:18)
Cedro - La fuerza y la perpetuidad (Sal 104:16)
Esmeralda - Representa, al igual que el ancla, la
esperanza
Lepra - En La Biblia es símbolo de pecado asqueroso (Is
1:6)
Lirio - Símbolo de hermosura y pureza
Lluvia - La influencia divina (Stgo 5:7)
Sangre - Símbolo de la vida (Gén 9:4)
Zorra - Representa el engaño, la astucia (Luc 13:32)
14 - LA PARABOLA
Una de las figuras retóricas más conocidas para los
lectores de La Biblia, ya que Jesús acostumbraba enseñar
a las multitudes mediante la utilización de parábolas.
Podemos definir una parábola como un relato o cuento que
trata de hechos naturales que han ocurrido o que podrían
ocurrir. Esta es al mismo tiempo la gran diferencia con
otros relatos que ya hemos visto (alegoría o fábula),
los cuáles tratan de situaciones que no se pueden dar en
la realidad.
EJEMPLO:
Tenemos muchos ejemplos en el Nuevo Testamento, de los
cuáles podemos mencionar la parábola de la oveja
perdida; el hijo pródigo o el fariseo y el publicano. En
todos los casos se trata de relatos comunes a través de
los cuales el Señor Jesús pretende inculcar verdades
eternas y espirituales. Muchas veces la interpretación
correcta de la parábola está en el mismo texto, dada por
Jesús mismo.
15 - EL SIMIL
Esta figura retórica recibe su nombre de una palabra
latina - similis - que significa semejante o parecido.
Para definir el símil, digamos que se trata de una
comparación entre dos cosas para resaltar una de ellas,
donde siempre está presente una característica definida:
la palabra "como". Esta palabra "como" puede estar tanto
al comienzo de la frase como también en el medio de
ella.
EJEMPLOS:
Isaías 55:9: "Como son más altos los cielos que la
tierra, así son más altos mis caminos que vuestros
caminos ...". Los caminos de Dios y de los hombres son
aquí comparados con el cielo y la tierra, donde guarda
la misma relación de importancia.
Otro ejemplo, ahora de Jeremías 23:29: "¿No es mi
palabra como fuego, dice Jehová?". En este caso, donde
la palabra "como" aparece en el medio de la frase, la
comparación es evidente.
Otros ejemplos se encuentran en Salmos 103:11; en Isaías
1:18 y en Santiago 1:6 (en éste último caso la palabra
como está sustituida por su sinónimo semejante).
16 - LA INTERROGACION
Al igual que cuando describimos la ironía, debemos
afirmar que la interrogación es una de las figuras
retóricas que nosotros utilizamos a diario en nuestro
lenguaje común. La interrogación es una pregunta que
tiene la peculiaridad de no necesitar respuesta, ya que
la misma interrogación encierra una conclusión evidente.
¿Verdad que entendiste esta definición? Aquí estamos
ante una interrogación. La pregunta ha sido formulada y
la misma encierra lo que el autor de la misma considera
es la única respuesta posible: Sí, claro que entendí.
EJEMPLOS:
También en Las Escrituras, por supuesto, encontramos la
interrogación. En el libro del Génesis, 18:25, por
ejemplo, Abraham pregunta: "El juez de toda la tierra,
¿no ha de hacer lo que es justo?". De esta interrogación
se desprende una respuesta evidente: ¡Por supuesto que
sí!
Consulte otros ejemplos bíblicos: Lucas 22:48 y Hebreos
1:14.
17 - LA ANTITESIS
En un diccionario encontramos la siguiente definición:
La antítesis es una figura que consiste en contraponer
una frase o palabra a otra de contraria significación.
Esta figura es muy efectiva y su utilización es
frecuente en La Biblia.
EJEMPLOS:
Uno de los muchos casos está en el libro de
Deuteronomio. Allí leemos: "Mira, yo he puesto delante
de ti la vida y el bien, la muerte y el mal" (30:15).
Como en todos los casos de antítesis, quien escucha o
lee la misma queda en la posibilidad - o responsabilidad
si se quiere - de elegir.
El Señor Jesús también utilizó en ocasiones esta figura
retórica. En Mateo, capítulo 7, encontramos un ejemplo:
" ... porque ancha es la puerta, y espaciosos el camino
que lleva a la perdición ... porque estrecha es la
puerta, y angosto el camino que lleva a la vida ..."
(vers. 13 y 14). Otra vez queda claro que los oyentes
reciben la oportunidad de elegir entre dos
posibilidades.
Estudie también en ejemplo en Romanos 6:23.
18 - LA GRADACION
También conocida como climax, la gradación implica una
escala de significado ascendente o descendente. La
función de esta figura es la de recalcar el desarrollo
de la enseñanza en cuestión.
EJEMPLO:
Una de las grandes gradaciones más importantes de La
Biblia la encontramos en Romanos 8. Allí, a partir del
versículo 15 leemos: "Pues no habéis recibido el
espíritu de esclavitud ... sino que habéis recibido el
espíritu de adopción ... somos hijos de Dios ... también
herederos ... y coherederos con Cristo ..." (vers. 15 al
17). Paso a paso vamos viendo en esta gradación como
nuestro propio ser ha pasado de la esclavitud a ser
coherederos con el propio Jesús.
Otra impactante (por su contenido) ejemplo de gradación
se encuentra en Filipenses 2: 5 al 11.
19 - EL PROVERBIO
En todas las culturas encontramos proverbios. ¿Quién no
ha oído hablar de los proverbios chinos, los árabes o
los proverbios hindúes? El proverbio es un dicho que
contiene siempre una enseñanza cuyo fin es hacer de mi
una mejor persona.
EJEMPLOS:
En La Biblia encontramos muchos ejemplos. Tan es así que
tenemos todo un libro bíblico denominado de esta forma.
También en el Nuevo Testamento hallamos ejemplos,
generalmente relatados a la cultura hebrea. De allí que
no siempre sea sencilla su correcta interpretación, y
muchas veces debemos recurrir a algún tipo de
diccionario bíblico, o volumen de historia, para poder
descubrirla. Es bueno mencionar también, que para la
correcta interpretación de un proverbio, es
imprescindible aplicar la tercera regla de la
hermenéutica bíblica: "Tomemos en cuenta el contexto".
Y aquí ahora algunos ejemplos en el Nuevo Testamento:
"Médico, cúrate a ti mismo" (Luc 4:23). "No hay profeta
sin honra sino en su propia tierra ..." (Mar 6:4)
ES BUENO TENER EN CUENTA UNA ADVERTENCIA:
Un proverbio no es lo mismo que un refrán popular, como
por ejemplo "dos por tres llueve". Este refrán, si bien
es conocido, no tiene por qué ser cierto - es más, ¡no
lo es! - y además no comprende ninguna enseñanza de
utilidad que haga de nosotros mejores individuos.
20 - EL ACROSTICO
Seguramente el estudiante ha visto alguna vez la puesta
en escena de un acróstico. Acostumbra suceder - en las
iglesias - en las fiestas navideñas de la Escuela
Dominical o de La Hora Feliz. Un grupo de niños se
presentan con un cartel cada uno en sus manos donde ha
sido pintada una letra. Las palabras que luego
pronuncian comienzan con la letra que llevan en su
propio cartel, y entre todos, logran conformar la
palabra clave que puede ser Navidad o Jesús o alguna
otra.
EJEMPLOS:
El acróstico es una figura retórica poco utilizada en la
literatura bíblica. Es más: hasta donde hemos podido
averiguarlo, hay solamente cinco acrósticos en toda La
Biblia. Los mencionamos.
1 - Salmo 119. Si lo observa en su Biblia, podrá notar
que dicho salmo está dividido en 22 estrofas. Cada una
de esas estrofas comienza con una de las letras del
idioma hebreo (Alef, Bet, etc). Dado que esas letras no
son las mismas que en el español, al traducir el texto
del hebreo no tenemos ningún acróstico en nuestras
biblias en castellano.
2 - Algo similar a lo anteriormente mencionado sucede en
los últimos 22 versículos del capítulo 31 de libro de
Proverbios (el llamado "Himno a la Mujer Virtuosa").
Allí, cada versículo comienza con una de las letras del
alfabeto hebreo.
3 - Lamentaciones 1. Un nuevo acróstico donde cada
versículo comienza con una de las letras del alfabeto
hebreo.
4 - Lamentaciones 2. Un nuevo acróstico similar al
anterior.
5 - Lamentaciones 3. Uno más, con la diferencia de que
en este, cada tres versículos se comienza con una letra
del alfabeto hebreo. (Si bien los capítulos 4 y 5
también constan de 22 versículos cada uno, los mismos no
son acrósticos en el idioma hebreo).
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¿Qué es un hebraísmo? Es una expresión o juego de
palabras propio del idioma hebreo. Dado que normalmente
no estamos familiarizados con dicho lenguaje, se hace
necesario tener algunas nociones básicas para descubrir
los hebraísmos que surgen de la lectura y el estudio
bíblico.
De los hebraísmos más utilizados en Las Escrituras se
destacan:
1 - Era costumbre de los hebreos llamar a una persona,
hijo o hija de aquello que la caracterizaba en un modo
especial. Por eso al leer "hijo de paz" (Luc 10:6) se
refiere a una persona pacífica y bien dispuesta; al leer
"hijos de desobediencia" (Ef 5:6) se está hablando de
personas insubordinadas.
2 - Muchas veces se usaba la negación para afirmar algo.
"... no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me
envió ..." (Juan 5:30).
3 - Con frecuencia los hebreos usaban los nombres de los
padres al referirse a sus descendientes. Vemos un
ejemplo de ello: "Maldito sea Canaán" leemos en Génesis
9:25. Quienes aquí son malditos son los descendientes de
Canaán.
Otro ejemplo se puede leer en Salmos 14:7.
Hay mucho más que podríamos incluir dentro de los
hebraísmos (como ser la utilización específica de
algunas cifras en el lenguaje hebreo - cuando el hebreo
contaba personas, siempre contaba los varones - no
incluyendo las mujeres y los niños), pero con lo
anteriormente expresado es suficiente para comprender y
reafirmar que La Biblia es un libro muchas veces difícil
de interpretar.
Sin embargo, si se actúa de acuerdo a las cinco
características básicas que vimos al comienzo; si se
ponen en práctica las reglas de la Hermenéutica bíblica;
si se tienen en cuenta las distintas figuras retóricas y
también los hebraísmos que hemos estudiado, entonces
todo creyente tiene las mejores posibilidades de
encontrar "las maravillas de la ley de Dios".