Acopio de Agua en Palestina
POZOS, MANANTIALES Y FUENTES Pozos y su
localización.
En Palestina, en muchos casos se ha estado
dependiendo de pozos para el agua, y a través de
los años. A menudo los pozos se encuentran
localizados fuera de los muros de la ciudad,
pero otras veces el pueblo tiene la fortuna de
tenerlos dentro del pueblo. Los arqueólogos han
descubierto al menos dos de las ciudades
antiguas, además de Jerusalén, que traían el
agua a la ciudad por medio de un túnel. La
ciudad de Gezer tiene un túnel que llevaba el
agua de dentro de la ciudad a un aljibe
subterráneo.
Y los cananitas de Megiddo, antes de ir fuera de
la ciudad por agua, hundían fuste de columna
hacia abajo hasta el nivel del manantial y luego
cavaban un túnel horizontalmente hasta
encontrarla. Obteniendo agua para el uso del
hogar. Ya hemos visto (Cap. 8) que era
obligación de las mujeres acarrear el agua
necesaria para los usos de la familia. Esta la
llevaban en jarras de barro, ya sobre sus
hombros o sobre la cabeza. Si se necesitaban
grandes cantidades de agua entonces los hombres
la acarreaban en "botellas", hechas de cuero de
oveja o de cabra. Pozos y fuentes de fama en la
Escritura. Los primeros patriarcas cavaron pozos
en distintos lugares de la tierra de Canaán. Al
pueblo de Beerseba se le llamó así por el
acontecimiento de un evento en tiempo de Isaac.
Sus siervos cavaron un pozo allí. El nombre
quiere decir: El Pozo del Juramento,
conmemorando el convenio hecho entre Isaac y
Abimelec, que se hizo pronto después de las
dificultades por la posesión del poso de Gerar (Gén.
26).
El pozo de Jacob, en Sichar, se hizo famoso por
el incidente de que Jesús habló con la
Samaritana allí. Nada se deja junto a estos
pozos que pueda usarse para sacar agua de su
profundidad. Cada mujer que venía por agua traía
con ella, además de la jarra en que llevaba el
agua, una cubeta de cuero duro portable, con una
soga para bajar la cubeta hasta el nivel del
agua. La mujer samaritana había traído todo esto
consigo, pero Jesús no disponía de tal equipo,
fue allí que ella le dijera después que El le
hubo pedido de beber: "Señor, no tienes con qué
sacarla, y el pozo es hondo" (Juan 4:11). La
respuesta a esta solicitud ella sacó agua del
pozo y le dio a beber. Fue por cl agua de un
pozo de Belem por la que David suspiraba en el
desierto.
Para apreciar su deseo, uno tiene que
experimentar lo que es tener sed en el desierto,
y también conocer la frescura del agua de los
pozos y cisternas de Belén. En las laderas de
las lomas en derredor de Belén hay bancales con
viñas, y la mayoría de ellas tiene una cisterna
cavada en la roca y localizada en ellas, la cual
colecta el agua de lluvia en los meses de
invierno y la preserva en condiciones de una
frescura deliciosa durante los meses de verano.
Los hombres de Belén se jactan de la frescura de
su agua. A un hombre una vez se le dio a beber,
pero expresó tal deseo por el agua de la viña de
su padre, diciendo que estaba tan fría que no
había podido beberse todo un vaso sin despegarlo
de los labios por lo menos tres veces.
Así David, estando en la cueva de Adullam
localizada en el costado desierto y cansado de
pelear dijo: "Quien me diera de beber del agua
de la cisterna de Bethlehem, que está a la
puerta" (2 Sam. 23:15). Cuando tres de sus
hombres arriesgaron su vida en peleas con los
filisteos para traerle de aquella agua fresca
del pozo de Belén, David "derramóla a Jehová" (2
Sam. 23:16). Esto era de acuerdo con una antigua
costumbre de la ofrenda de libación, o sea el
derramarla en la tierra como un acto de
adoración, vino, o aceite, o agua, o leche, o
miel. Algunas de estas ofrendas de bebidas eran
derramadas por los hebreos sobre el animal
sacrificado al Señor. Al hacer esto, David
estaba dando al Señor la bebida del agua que
tanto había costado a los hombres, traerla. A
través de los siglos el pueblo de Nazareth había
tenido sólo un medio de suplirse de agua, un
pozo o fuente que se encuentra en la extremidad
noroeste del pueblo. Podemos estar casi seguros
que María vino aquí con su jarra a sacar el agua
para los usos de su hogar, y que aquí el niño
Jesús frecuentemente calmaba su sed.
Uno de los principales manantiales en Palestina
es el que está en Jericó. Esta agua viene de una
montaña en el desierto de Judea localizada atrás
del pueblo. Este manantial contribuye a formar
una represa de agua cerca del montecillo de
ruinas en el viejo Jericó, y que ahora se le
llama "fuente de Eliseo". Se cree que son las
aguas sanadas por el profeta hace muchos siglos
(2 Reyes 2:21). Aun cuando el nivel de esta agua
baja en tiempo de calor, muy raramente se seca
por completo, y es un medio de agua para hombres
y animales, y para el oasis, donde crecen los
plátanos, higos y palmeras de dátiles de la
región. CISTERNAS Para los nativos de Palestina
la palabra "pozo" ha querido decir "manantial" o
"fuente", pero en los relatos bíblicos a menudo
significa "cisterna".
En la actualidad la cisterna ha sido el medio
más común para el abasto de agua de Palestina,
que la del pozo. Beber agua de la cisterna
familiar era el deseo proverbial de cada judío,
Y esa fue la promesa que el rey Senaquerib de
Asiria usó para proceder a tentar a los judíos a
hacer la paz con él. El les dijo: "Haced conmigo
paz, y salid de mí, y cada uno comerá de su vid,
y de su higuera, y cada uno beberá de las aguas
de su pozo" (2 Reyes 18:31; cf. Isa. 36:16).
Estas cisternas familiares eran a menudo cavadas
en medio del patio de cosas como fue el caso del
hombre que tenía un pozo cisterna en su patio.
En el tiempo del año a que se hizo referencia
esta cisterna se secó y así dos hombres pudieron
esconderse en ella muy fácilmente (2 Sam. 17:18,
19). Durante la estación de lluvias el agua es
conducida desde los techos y por medio dc
canales a estas cisternas.
Por lo regular se saca el agua usando una cuerda
que pasa por una rueda, y una cubeta de piel, se
asegura en un extremo de la cuerda. Jeremías usó
el cuadro de una cisterna rota que chorreaba
agua, para ilustrar uno de sus sermones. "Porque
dos males ha hecho mi pueblo: dejáronme a mí,
fuente de agua viva, por cavar para sí cisternas
rotas que no detienen aguas" (Jer. 2:13). ORIGEN
DEL AGUA DE JERUSALEN Charcos de agua en medio y
en derredor de la ciudad. A través de la mayor
parte de su historia, la Ciudad Santa ha
dependido grandemente de cisternas privadas, las
que sus habitantes han mantenido para acaparar
el agua de lluvia. La ciudad misma no ha tenido
a través del tiempo fuentes vivientes o
manantiales dentro de sus muros. El manantial de
Gihon, ahora llamado "La fuente de la Virgen",
está localizado en el valle de Cedrón, apenas
afuera de la ciudad de los jebuseos o Ciudad de
David. El rey Ezequías construyó un acueducto o
túnel desde el manantial atravesando la roca
bajo la ciudad hasta un lugar en el valle de
Tiropeo, donde se construyó un tanque para
recibir las aguas (2 Reyes 20:20).
El estanque ha llevado el nombre de "Estanque de
Siloe". El proyecto del agua fue emprendido
principalmente para dar suficiente agua a la
ciudad en tiempos de sitio. El estanque ha sido
importante fuente de agua para Jerusalén a
través de los siglos. Aquí se reúnen para lavar
sus ropas las mujeres árabes de la vieja ciudad,
o sus vestiduras, a sus niños. Y más allá en la
boca del túnel, llenan sus jarras para llevar el
agua para las necesidades familiares. A este
estanque ocasionalmente viene algún pastor a
lavar sus ovejas. Otros estanques localizados en
y en derredor de la ciudad que han proporcionado
agua, incluyen el pozo de Ezequías, localizado
dentro del muro y alimentado con agua a través
del acueducto subterráneo desde el Estanque de
Mamilla. Este último estanque queda a unos
seiscientos cuarenta metros al oeste de la
puerta de Jafa fuera del muro, y está en el
valle de Hinom recibiendo las aguas que escurren
de ese valle. El estanque del Sultán queda
apenas fuera de la esquina suroeste del muro en
este mismo valle. El Estanque de Bethesda se
encuentra dentro del muro oriental entre la
puerta de San Esteban y el muro norte del
cercado del templo. Fue aquí a donde muchos
enfermos concurrían a bañarse en el tiempo de
Cristo, creyendo que las aguas tenían
propiedades curativas. Allí fue donde Cristo
sanó al hombre impotente (Juan 5). ElEstanque de
Salomón y el área de depósito del templo.
A tres kilómetros al sur de Belén, se encuentran
tres depósitos de agua, que por siglos se les ha
llamado los Estanques de Salomón. porque por lo
general se cree que él los construyó. Josefo
indica que fue probablemente Poncio Pilato quien
los reconstruyó y ensanchó. El agua de estos
estanques era llevada a Jerusalén por medio de
un acueducto cavado en la roca y la depositaba
en un gran receptáculo localizado en el área del
templo. Aun en la actualidad el agua de este
manantial se lleva a la superficie a un punto
entre la Cúpula de la Roca y la Mesquita el-Aksa,
con una cubeta de piel asegurada a una cuerda y
pasándola por una rueda. Los aguadores usaban "botellas"
y venían aquí a llevar su agua a muchas partes
de la ciudad de Jerusalén. Durante seis meses
del año, cuando no llueve, el agua se escasea en
muchas partes de Palestina, especialmente
durante la última parte de la estación, cuando
una tras otra, estas cisternas se han ido
secando y los pozos permanentes y los
manantiales que siempre fluyen de los cuales se
depende para el abastecimiento de agua. En tales
tiempos el aguador irá a un pozo o depósito, y
luego lleva su agua a aquellos que la necesitan.
El puede ir por las calles de la ciudad o por el
mercado gritando: "a todos los sedientos, venid
a las aguas". Ha habido tiempos en que una
persona filantrópica ha pagado al aguador por el
agua que él necesita y luego le deja ofrecerla
sin precio a los que la necesitan. Entonces él
llamará: "¡a todos los sedientos venid y bebed
sin precio, sin precio!" Tales palabras nos
recuerdan la invitación profética de Isaías: "A
todos los sedientos, venid a las aguas; y los
que no tienen dinero, venid, comprad, sin dinero
y sin precio" (Isa. 55:1). Agua para la
Jerusalén moderna.
La porción de Palestina ahora incluida en la
nueva nación de Israel ha sufrido una
maravillosa transformación en lo que respecta a
su acopio de agua con propósitos de irrigación
lo mismo que para los usos de los hogares. Las
costumbres primitivas están rápidamente
desapareciendo y las costumbres modernas están
tomando su lugar en las secciones judías de la
tierra. La parte judía de Jerusalén tiene ahora
un nuevo acopio de agua que viene de una
distancia de cuarenta y ocho kilómetros de la
antigua Antipatris, o el Ras el Em, localizado
en la Llanura de Sarón. El agua viene de muchos
manantiales allí localizados y se lleva por
medio de estaciones de bombeo de relevo por una
larga tubería hasta la cresta de las montañas, y
de allí hasta donde está la Ciudad Santa.
La Jerusalén bajo el control de Israel se ha
accidentalizado mucho con tuberías de agua en
las casas. Pero en mucho de la antigua ciudad
porción árabe de Jerusalén, aún se ve a las
mujeres llevando jarras de agua sobre la cabeza
o los hombros, y a los hombres llevando "botellas"
de cuero de cabra con agua, de una manera muy
parecida a la de los antiguos hebreos. Y
numerosas cisternas aún conservan el agua de
lluvia.
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